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Llegó la noche del sueño fantástico. Finalmente, Laura y Cristina estrenan su nueva habitación.

A continuación, vamos a explicar cómo fue el proceso de montaje. Una vez lista la estructura de la escalera con el cajón de abajo de 90cm de fondo, le seguían tres cajones más con un fondo de 35cm y el último con una apertura de tipo baúl. A los frentes de cada cajón les pegamos un vinilo hecho a partir de una foto que imita la textura de muro de piedra. Para abrir los cajones sin la necesidad de colocar tiradores, usamos lo que denominamos sistema toca-toca, consistente en pulsar el cajón hacia adentro para que éste se abra sólo. En la parte superior del cajón, donde pisamos para subir, colocamos un vinilo de alta resistencia al desgaste, antideslizante y que puede ser lavado sin perder color.

Seguidamente montamos la cabaña con el color seleccionado por los propietarios. El material utilizado es machiembrado de flandes de 22mm de grosor, con una estructura de 70×70, suficiente para aguantar el peso de varios adultos trepando por ella (lo comprobamos delante de Fernando para garantizar la seguridad de sus hijas). También aprovechamos un espacio muerto en la zona de la escalera para dejar un acceso desde la cama de abajo. Se trata de un hueco de 50x50x50 perfecto para colocar los peluches de Cristina.

Bajo la cama superior colocamos un armario de 150x90x50 destinado a guardar libros del colegio, cuentos, cuadernos, álbums de fotos, lápices de colores, etc… Junto a él, tuvimos la idea de hacer una mesa de estudio, de modo que al levantarla, se convirtiese en una pizarra de tizas. Así, cuando está bajada ocupa un espacio, y al subirla, se recupera el área de juego. El armario grande quedó muy bien disimulado entre las paredes al continuar sobre él la pintura de la pared. Se montó con puertas correderas para ahorrar espacio.

A estas alturas del montaje no nos pareció oportuno sobrecargar las paredes con el  graffitti que teníamos previsto, así que decidimos no darle mucho protagonismo y limitarnos sólo a darles algunos detalles, ya que la habitación tenía mucho color y con las bases azúl, rosa y verde ya se creaba el ambiente de fantasía adecuado.

La palmera fué otra idea tomada sobre la marcha, pues, en un principio se iba a pintar en la pared pero preferimos darle un poco de volumen y preparamos el tronco con un relieve de porex para poner sobre él una hojas de EVA y darle así una apariencia mas infantil.

Por temas de trabajo nos perdimos el momento en que Cristina y Laura contemplaron la habitación acabada pero, según nos comentaba su madre, ¡¡¡ Chillaban como locas ¡¡¡ Comenzaron a saltar y a trepar por todos lados, a los 5 minutos ya le habían dado su toque personal colocando sobre la cabaña unos peluches de monitos.

Un saludo del equipo de art4kids.